viernes, 28 de agosto de 2009

VIII


Y con esos ojos que yo te miraba,
respondiendo a tus preguntas sin voz ni palabra.
Pues dime, ahora que hemos hablado con la mirada,
entendiendo la sencillez de las acciones,
ahora no te gustaría a caso que nos miraramos con los labios,
o quizás simplemente mejor nos besamos.

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